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La gobernanza y el desarrollo

El Banco Mundial ha publicado su Informe sobre el Desarrollo Mundial 2017: la Gobernanza y las Leyes. En él se analizan los motivos por los cuales algunas políticas dan buenos resultados y otras fracasan. Se remarca que la distribución inequitativa de poder en una sociedad interfiere en la efectividad de las políticas y se pone de manifiesto que la gobernanza puede mitigar estas asimetrías y permitir alcanzar soluciones más efectivas para mejorar la seguridad, el crecimiento y la equidad. Esto sucede al modificar los incentivos de quienes tienen poder, cambiando sus preferencias hacia buenos resultados y tomando en cuenta los intereses de los excluidos.

El informe busca, también, responder por qué políticas relevantes que son diseñadas cuidadosamente no son adoptadas regularmente, por qué fallan cuando se implementan y por qué persisten las malas políticas. Es importante subrayar que la formulación de políticas y su implementación ocurren en un entorno político y social complejo, en donde individuos y grupos con distinto poder interactúan con reglas cambiantes mientras persiguen intereses contrapuestos. Todo este proceso es lo que el reporte llama Gobernanza, es decir, la manera en que interactúan los Gobiernos, los ciudadanos y las comunidades para diseñar y aplicar políticas. A través de ella es posible lograr que las políticas contribuyan a mejorar la calidad de vida de las personas. La capacidad de los actores para coordinar y su disposición a cooperar para alcanzar objetivos sociales deseables es lo que hay que tener en cuenta respecto a la eficacia. La composición del grupo de actores que participa en el proceso de toma de decisiones influye de manera fundamental en la selección y la implementación de políticas y, en consecuencia, en su impacto sobre los resultados en términos de desarrollo. La exclusión, la captura y el clientelismo son manifestaciones de la asimetría de poder, que puede conducir a fallas para alcanzar la seguridad, el crecimiento y la equidad. El primer caso sucede cuando ciertos individuos se ven apartados de las decisiones de política que afectan sus intereses. El segundo caso ocurre cuando grupos influyentes tienen la capacidad de adueñarse de las políticas y ponerlas al servicio de sus intereses, mientras que el clientelismo hace referencia a la entrega de beneficios, como transferencias o subsidios, a cambio de apoyo político.

El reporte destaca que la distribución de poder en una sociedad está parcialmente determinada por la historia, pero, de todas maneras, hay espacio para un cambio positivo. Si no se fortalece la gobernanza, el impulso del desarrollo y la prosperidad serán inalcanzables. El compromiso, la coordinación y la cooperación revisten una importancia vital en este asunto: son las funciones básicas para que las políticas alcancen los resultados buscados. De acuerdo al informe, las políticas eficaces contemplan mecanismos que garantizan un compromiso creíble a lo largo del tiempo -es necesario lograr que perduren, aun cuando cambien las circunstancias o los incentivos-. También ayudan a coordinar las acciones de los individuos sobre la base de las expectativas compartidas, ya que existen problemas de coordinación en muchos contextos, como finanzas o planificación urbana. Además, las políticas eficaces ayudan a promover la cooperación limitando las conductas oportunistas, a través de mecanismos creíbles de recompensas o castigos.

En resumen, el estudio aborda diversas cuestiones de la gobernanza para lograr que las políticas dirigidas a mejorar el crecimiento, la seguridad y la equidad sean más eficaces. También se lleva a cabo un análisis para entender cómo individuos y grupos con distintos grados de poder negocian las opciones de política, la distribución de recursos y la forma de modificar las reglas.

Para ver el informe, ingrese a //openknowledge.worldbank.org/handle/10986/25880

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